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ChangeEl salar de Uyuni, en el sur de Bolivia, es la salina más grande del mundo. Con más de 11 mil kilómetros cuadrados, este impresionante paisaje de sal blanca es uno de los puntos turísticos obligados para los viajeros que pasen por este país sudamericano. Por supuesto, viajar al salar de Uyuni es toda una aventura, porque implica circular por cientos de kilómetros en carreteras que atraviesan valles, yungas, selvas y todo tipo de espectaculares ecosistemas.
Viajar en 4×4 o cualquier vagoneta Land Cruiser con suspensión es una gran experiencia para llegar al salar de Uyuni. Este tipo de vehículos garantizan la comodidad y la seguridad del viaje en todo momento, además de que son ideales para conducir en rutas sin pavimentar y entornos naturales. Pero ¿cómo preparar el viaje al salar de Uyuni? ¿Cuáles son las cosas que deberías tener en cuenta, y qué es lo que deberías esperar?
El salar de Uyuni se encuentra situado a unos 3.650 metros sobre el nivel del mar, lo que lo hace merecedor de un particular récord: ¡es el desierto de sal más alto del mundo! Las puertas de ingreso a esta inmensa ecorregión se encuentran en el municipio de Uyuni, dentro del departamento de Potosí. A su vez, el salar forma parte de la región altiplánica de la cordillera de los Andes.
Por supuesto, no vamos a negar que el salar de Uyuni se encuentra en una zona de difícil acceso. Claro, una opción sería contratar un tour a salar de Uyuni desde Santa Cruz o desde la ciudad en la que estés y simplemente esperar a llegar, pero eso le quitaría una enorme cuota de emoción al viaje. Si has decidido ir por tu cuenta, entonces tienes un gran sentido de la aventura. Pero ¡no basta con eso! También es importante contar con un vehículo todoterreno.
La distancia entre Santa Cruz y Uyuni está en torno a los mil kilómetros a través de carreteras, y para llegar es necesario conducir entre 15 y 20 horas. ¿Nuestro consejo? Hacer el viaje en dos o tres días para tomar pausas y disfrutar de los increíbles paisajes del camino. Cabe resaltar que también es posible acceder al salar de Uyuni desde otros destinos de Bolivia o incluso desde otras partes de Sudamérica, como Chile, Argentina y Perú.
Pero ¿cuándo viajar al salar de Uyuni? Antes de responder a esa pregunta, debes saber que esta región en el suroeste boliviano es particularmente conocida por su efecto espejo: un fenómeno que tiene lugar cuando las lluvias inundan la salina, haciendo reflejar todo lo que se encuentra encima. De esta forma, se consigue una impactante visión de las nubes en el suelo, lo cual da la impresión de estar caminando en el cielo.
Sin embargo, el efecto espejo en el salar de Uyuni no ocurre todo el año, sino únicamente en la temporada de lluvias. Las precipitaciones se dan entre enero y los primeros días de marzo, por lo que el verano austral es la mejor temporada para visitar el salar de Uyuni.
Además de que visitar el salar de Uyuni en verano es ideal para contemplar el efecto espejo, también es una buena hacerlo en esta época si tenemos en cuenta el clima en el salar de Uyuni; en general, los veranos suelen ser bastante agradables, mientras que los inviernos son secos y muy duros, con temperaturas bajo cero durante la noche.
Bolivia tiene una diversidad geográfica impactante que nos invita a correr una aventura. Y, como en cualquier aventura, necesitamos estar bien equipados. En este punto, una camioneta Land Cruiser o cualquier otra vagoneta para hacer turismo 4×4 se convierte en una máquina perfecta.
Con este vehículo te entregarás al verdadero turismo aventura en Bolivia, ya que te permitirá perderte por rutas secundarias sin tener que preocuparte por el estado de los caminos: el potente motor y las gruesas ruedas de las vagonetas 4×4 son ideales para todos los terrenos. Por supuesto, aventurarse a un viaje semejante en una 4×4 requiere de un equipamiento que esté a la altura de las circunstancias.
Observa abajo como eligir estos accesorios ⬇⬇⬇
Recientemente, el director y productor de films boliviano Andres Maclean, AKA @theboliviantraveler, aceptó el desafío: atravesó Bolivia para llegar al salar de Uyuni con una Toyota Land Cruiser serie 200 de 2015.
Esta 4×4 todoterreno garantizó la seguridad y la comodidad del equipo de viajeros gracias a que contaba con una serie de accesorios para camping ARB que incluía sillas, un toldo, una parrilla de techo para asegurar el equipo, bolsas de dormir y carpas de techo para acampar en Uyuni. Además, esta vagoneta, considerada la mejor 4×4 para viajar, contaba con elementos de seguridad como parachoques Deluxe, defensas laterales, patín protector, luces SOLIS y suspensión BP51 de Old Man Emu.
A veces, no se puede llevar todo. Si tuvieras que elegir, estos son los 5 accesorios que no te pueden faltar en tu viaje en 4×4:
Antes de emprender un viaje, los nervios y las prisas de último momento pueden jugarnos en contra. En el afán de preparar todos los objetos necesarios para la seguridad y todos los accesorios de camping, puede pasar que nos olvidemos de algunos elementos de primera necesidad. A continuación, veremos qué objetos son imprescindibles para un viaje por tierra:
Para viajar al salar de Uyuni desde Santa Cruz hay que tomar la ruta 7, una carretera pavimentada en su mayor parte que cuenta con 488 kilómetros de extensión. A la altura de La Palizada, un pintoresco pueblo, se encuentra el nacimiento de la ruta 5, que deberás tomar para continuar tu camino.
Por supuesto, lo más interesante del viaje es la gran cantidad de poblaciones y paisajes que hay en el trayecto: las mesetas, las montañas, las llanuras de los bosques amazónicos y chaqueños… En definitiva, debido a su extensión, el trecho entre Santa Cruz y el salar de Uyuni ofrece un sinfín de paisajes que harán valer cada una de las horas en la carretera.
Durante el viaje entre Santa Cruz y el salar de Uyuni, más precisamente en el kilómetro 269 de la ruta 5, te encontrarás con Sucre, la capital histórica y constitucional de Bolivia. Si te gusta el turismo urbano, puedes ingresar a la ciudad: con unos 300 mil habitantes, Sucre está llena de atractivos, y está considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1991 gracias a su arquitectura. De hecho, es conocida como “la Ciudad Blanca” por la presencia de muchos edificios coloniales de los siglos XVIII y XIX que están pintados de ese color.
Si, por el contrario, prefieres una aventura más emocionante con tu camioneta 4×4, puedes optar por no entrar a Sucre y, en su lugar, rodearla hasta toparte con sitios de gran importancia arqueológica y paleontológica, como una serie de hallazgos del período cretáceo. El yacimiento de fósiles que se encuentra en las cercanías de Sucre está considerado como el más grande del mundo, así que si eres un aficionado de los dinosaurios este podría ser un punto más que interesante.
Luego, si conduces una hora hacia el oeste, te toparás con el cráter de Maragua, una formación geológica de más de 20 kilómetros. ¿Lo más curioso? ¡Nadie sabe cuál es el origen de este cráter! Podría haber sido un meteorito o los propios movimientos de las placas tectónicas: hasta el día de hoy, es un misterio.
Cuando llegues a tu destino, habrás cosechado un sinfín de experiencias y aventuras que te acompañarán por el resto de tu vida, pero lo mejor de todo es que el viaje no habrá hecho otra cosa que comenzar.
Como hemos dicho, la puerta de entrada al salar de Uyuni en Bolivia es el municipio homónimo, Uyuni, un pequeño pueblo que puedes recorrer fácilmente en unas pocas horas. Una parada obligada es el cementerio de trenes, que tiene locomotoras de finales del siglo XIX. Otra buena idea es visitar el Museo de los Andes Meridionales, donde se exhiben todo tipo de restos arqueológicos de la zona, y el reloj principal de la ciudad, un símbolo que se mantiene en funcionamiento desde hace 90 años. Por último, a tan solo 20 kilómetros se encuentra Colchani, que cuenta con un interesante museo de sal.
El salar de Uyuni por la noche ofrece un panorama mágico de la Vía Láctea, porque se trata de uno de los desiertos más despejados del mundo. Por ello, nuestra recomendación es que observes el firmamento con la ayuda de un telescopio, que puedes cargar sin ningún problema en tu camioneta 4×4.
Según la época del año, el salar de Uyuni puede ser un lugar frío y muy ventoso por las noches. De hecho, es posible que existan ráfagas de viento de hasta 70 kilómetros por hora, con lo cual estar bien protegido y abrigado será muy importante.
Afortunadamente, para un viaje en 4×4, la carpa de techo ARB protege la vagoneta de los fuertes vientos y de todo tipo de inclemencias del clima incluyendo lluvia. Por otro lado, cuando acampes, puedes utilizar las bolsas de dormir ARB, que regulan la temperatura del cuerpo cuando hace hasta 8 grados bajo cero.
Las diferencias entre un hotel y una carpa son abismales. Por supuesto, un hotel tiene ciertas comodidades que no encontrarás cuando acampes, como el acceso a una cama, una ducha caliente y un desayuno con todos los lujos. Sin embargo, la experiencia de vida y la conexión con la naturaleza que te ofrece la experiencia de acampar en tu propio 4xe es inigualable.
Sin dudad, si eliges una carpa de techo, probablemente estarás sacrificando ciertas comodidades como calefacción, televisión, entre otros, pero de nuevo, ¿de que otra manera podrás estar más conectado con la naturaleza durante los días que dure tu travesía que durmiendo en tu propia carpa de techo del 4×4?
Hacer miles de kilómetros hasta el salar de Uyuni desde Santa Cruz, La Paz, Sucre o cualquier otro destino sudamericano es una decisión importante. Latinoamérica es una región con postales increíbles, pero a veces los caminos son algo difíciles. Nunca sabes cuándo una carretera va a terminar abruptamente o cuándo la noche te sorprenderá en medio de la nada. Es por ello que, por más que planifiques tu viaje con la mayor meticulosidad posible, ¡el camino te pondrá a prueba constantemente!
Por eso, estar bien equipado a la hora de salir a la carretera es sustancial, y las vagonetas 4×4 con todos sus accesorios ARB son la combinación ideal entre el confort, el lujo y la seguridad máxima. En otras palabras, durante la travesía podrás depositar toda tu confianza en la vagoneta para que lo más importante sea dejarse llevar por la inmensidad de las rutas y sorprenderse ante paisajes únicos.